La investigación recientemente publicada en la revista “Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology” sobre el paleolago que existió hace 10 millones de años en la localidad de Bicorb (Valencia), ha desvelado que las aguas de este medio eran salinas y ha establecido la cadena trófica del lago, donde el depredador ha resultado ser una nueva especie de pez, bautizada por los investigadores como Aphanius bicorbensis, dedicando el descubrimiento a la población de Bicorb.
Esta investigación ha sido realizada por Enrique Peñalver, especialista en insectos fósiles del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y Jean Gaudant, especialista en peces fósiles del Museo Nacional de Historia Natural de París, gracias a la financiación de la Consellería de Cultura de la Generalitat Valenciana.
El nombre del género, Aphanius, significa invisible, dada la dificultad de localizar a este pez en los humedales en los que se desarrolla, por lo que la nueva especie bien podría ser traducida como “el fartet de Bicorb” o “el invisible de Bicorb”.
El estudio del contenido de las heces de estos peces, que también quedaron fosilizadas en la roca, ha permitido a los investigadores saber que este depredador se alimentaba, principalmente, de los foraminíferos y de las larvas de mosquito, que eran especialmente abundantes en el lago. Actualmente, la especie presente en la Comunidad Valenciana de este género es Aphanius iberus, “un endemismo ibérico que se encuentra en las listas nacionales e internacionales de especies amenazadas y representa a uno de los vertebrados ibéricos más cercanos a la extinción”, apunta Peñalver. “Pero la nueva especie fósil no es un antepasado directo del Aphanius iberus, sino que ambas especies compartieron un antepasado común”, continua el investigador del Instituto.
Por otro lado, la salinidad de las aguas, que se cargaron de sales por la disolución de los abundantes yesos presentes en la zona, ha sido establecida gracias al estudio del conjunto de animales y vegetales acuáticos que han quedado fosilizados en las rocas del barranco de Bicorb: principalmente las plantas acuáticas Potamogeton, los foraminíferos, los peces del género Aphanius, los pequeños caracoles acuáticos del grupo de los hidróbidos y las larvas de insectos quironómidos encontrados. “Grupos que pueden encontrarse también en los lagos salinos actuales y con la misma poca biodiversidad que le corresponde a este tipo de medios salobres”, explica Peñalver, que para terminar apunta que “esta investigación representa el primer estudio de estas características realizado de un paleolago salino y que los fósiles de esta nueva especie, que rondan los 2 o 2,5 cm, han sido depositados en el Museo de Geología, en el departamento de geología de la Universidad de Valencia”.
La protección del Aphanius iberus
En la Comunidad Valencia existen proyectos específicos de protección del Aphanius iberus y se está trabajando para aumentar sus poblaciones. Y es que los problemas principales de esta especie han sido la desaparición o contaminación de los humedales que habitaba el pez, además de la introducción en 1921 de la gambusia, un pez procedente de Norteamérica, para combatir los mosquitos transmisores del paludismo.
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