El texto hebreo más antiguo contenido en un manuscrito tiene 3.000 años y ha sido descubierto en la ciudad judía más antigua encontrada hasta hoy, situada en la región en la que, según la Biblia, David mató a Goliat. El hallazgo podría ser el descubrimiento arqueológico más significativo realizado en Israel desde el descubrimiento de los manuscritos del Mar Muerto, que datan de 1.000 años después.
El ostracon (fragmento de cerámica con inscripciones de tinta) encontrado por arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén comprende cinco líneas de texto separadas por líneas negras, y mide 15 centímetros de lado. Fue hallado en el suelo del interior de un edificio próximo a las puertas de la Fortaleza de Elah, en Khirbet Oeiyafa, que data del siglo X A.C.
La datación mediante carbono-14 del material orgánico encontrado en el ostracon, realizada por la Universidad de Oxford y el análisis de la cerámica permiten datar la inscripción en la época del reinado del Rey David, hace aproximadamente 3.000 años, un milenio antes que el calendario de Gezer.
Aún no se ha descifrado la inscripción, pero la interpretación inicial indica que el texto formaba parte de una carta, y contiene las raíces de las palabras "juez", "esclavo" y "rey". Podría tratarse de un texto legal, que podría proporcionar detalles sobre la ley, la sociedad y las creencias hebreas. Los arqueólogos que realizaron el hallazgo afirman que fue escrito claramente como mensaje deliberado por un escriba con formación. Se espera que esta inscripción sirva como apoyo para la comprensión de la evolución de todas las inscripciones alfabéticas.
El emplazamiento de Khirbet Qeiyafa se encuentra entre las cuatro ciudades bíblicas de la tradición judaica cuya existencia se relata en el Libro de Josué, 35:15, que son Azeka, Socho, Yarmut y Adulam. La narración bíblica sitúa el combate entre David y Goliat entre Socho y Azeka pero, según la leyenda, David seleccionó cinco piedras del cercano arroyo de Elah, con las que dar muerte a Goliat.
Según el profesor Garfinkel, director de las excavaciones, éste es el único emplazamiento de Israel en el que se puede investigar al Rey David histórico. "La cronología y la situación geográfica de Khirbet Qeiyafa crean un punto de encuentro único entre la mitología, la historia, la historiografía y la arqueología del Rey David", añade.
La fortaleza de Elah (Khirbet Qeiyafa), con una extensión de 23 dunams [2,3 hectáreas], estaba situada en la frontera entre las tierras de los filisteos y el Reino de Judea (5 kilómetros al sur de la actual Bet Shemesh.). Se cree que era un importante enclave estratégico, que protegía la ruta principal entre los asentamientos filisteos y la Planicie Costera, y Jerusalén, de la que se encuentra a una jornada de camino.
El ostracon hebreo primitivo, una pieza de cerámica judía similar a las encontradas en otros asentamientos israelitas, y la ausencia de huesos de cerdo entre los huesos de animales encontrados en el emplazamiento, indican que esta fortaleza era una ciudad del Reino de Judea.
El emplazamiento arqueológico de la Fortaleza de Elah podría demostrar la existencia de una Monarquía Única, cuya existencia es cuestionada por muchos estudiosos. Todos los artefactos encontrados en la excavación hasta la fecha indican que es muy probable que existiera una monarquía fuerte y un gobierno central en Jerusalén –antes de lo que se había descubierto con anterioridad – en lugar de un conjunto de pueblos dispersos por toda Judea.
Hasta la fecha se han desenterrado aproximadamente 600 metros cuadrados de esta fortaleza rodeada por una sólida muralla de 700 metros de longitud y que se construyó con rocas megalíticas, algunas de las cuales pesan entre cuatro y cinco toneladas. Los arqueólogos estiman que para la construcción de estas fortificaciones se extrajeron, se trasladaron y se utilizaron 200.000 toneladas de roca.
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