Investigadores de la Universidad de Sevilla (US) coordinados por Ángel Pastor han demostrado por primera vez in vivo que el factor de crecimiento neuronal o NGF (del inglés Nerve Growth Factor) –proteína producida por multitud de tipos celulares tanto en el cerebro como en otros órganos- previene los daños provocados por una lesión neuronal. Además, esta molécula natural altera algunas de las propiedades de las motoneuronas, (neuronas que inervan, es decir, contactan con los músculos y provocan la contracción de los mismos) que intervienen en el sistema responsable del movimiento ocular.
Investigadores de la Universidad de Sevilla, a través del proyecto de excelencia Papel sinaptotrófico de las neurotrofinas financiado por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia y la ayuda de la Fundación Eugenio Rodríguez Pascual, han publicado los resultados de su trabajo en la revista Journal of Neuroscience, que no son otros que la demostración in vivo de que el factor de crecimiento neuronal o NGF (del inglés Nerve Growth Factor) previene los daños provocados por una lesión neuronal.
Para llegar a esta conclusión, los científicos de la US han estudiado los efectos que los factores neurotróficos (proteínas esenciales durante el desarrollo embrionario y neonatal del cerebro para la supervivencia y diferenciación neuronal) provocan sobre neuronas lesionadas en estadios postnatales. Estas pruebas experimentales las han realizado con gatos adultos, etapa en la que hasta el momento no se habían realizado estudios similares.
Según el responsable de la investigación, las motoneuronas se comunican con el músculo, provocando su contracción y produciendo así los movimientos que tiene que realizar. “La motoneurona manda órdenes al músculo y éste a su vez produce factores tróficos que la motoneurona necesita para su correcto funcionamiento produciéndose así una retroalimentación entre ésta y el músculo”.
Resistentes al daño neuronal
Sin embargo, algunas lesiones producen la pérdida de esta comunicación, circunstancia que ha llevado a los investigadores de la Universidad de Sevilla a observar cómo se comportan las motoneuronas, concretamente en el sistema ocular.
“Las motoneuronas extraoculares, también llamadas oculomotoras, son sensibles al NGF producido por estos músculos que rodean al ojo y tras la lesión, el NGF suministrado farmacológicamente previene la aparición de los efectos propios del daño neuronal. Este tipo de neuronas sobreviven a algunas enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), enfermedad neurológica progresiva que ataca especialmente a otros tipos de motoneuronas tanto craneales como esqueléticas”, explica Pastor.
Nuevas líneas de investigación
Los científicos de la US han encontrando que en el tejido postmortem de los gatos adultos las motoneuronas oculomotoras presentan el mecanismo de respuesta al NGF, “lo que podría estar relacionado con su supervivencia en enfermos de ELA”.
Según Pastor, los resultados de este estudio podrían abrir nuevas vías de investigación, especialmente en el ámbito de la medicina. “Una de ellas es continuar investigando sobre el factor NGF con el objetivo de alcanzar así una mejor comprensión de los mecanismos que provocan esta enfermedad”.
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Grupo Fisiología y Plasticidad Neuronal de la Universidad de Sevilla