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El proceso de integración económica del Cono Sur Americano está funcionando como una forma de compensar el dominio de EE UU en la región, a diferencia de lo que ocurre en otras zonas del continente como América Central y el Caribe, según se deriva de la tesis Crecimiento y actividad exportadora. Política comercial e integración económica en el Cono Sur Americano presentada por Bárbara Valenzuela, doctora en Economía de la Universitat Jaume I y docente de la UTEM-Chile.
La tesis, dirigida por los profesores del Departamento de Economía Celestino Suárez e Inmaculada Martínez, determina las variables que están afectando el flujo comercial bilateral de la región, comparándolas con las variables explicativas del comercio bilateral de Chile, país reconocido por su estabilidad económica y libertad comercial.
Entre las conclusiones, destaca la importancia de las reformas comerciales e integracionistas propiciadas por los países del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) más Chile para su inserción en el comercio mundial y el efecto positivo de las variables frontera e idioma en común en el comercio bilateral de América Latina, observándose que variables como la no salida al mar, dificultad geográfica (selva Amazona y cordillera de los Andes) y conflictos limítrofes no afectan en el comercio regional. El estudio pone de manifiesto que la transparencia institucional entre socios comerciales afecta positiva y directamente en el comercio de estos países y en la productividad. En cuanto al índice democrático, tiene un menor impacto en el comercio regional, pero es esencial para aumentar la capacidad exportadora.
Ante la actual situación de crisis globalizada, Bárbara Valenzuela considera que el principal desafío a corto plazo de los países de la región será atraer inversión extranjera, “siendo fundamental repasar la historia económica y comercial latinoamericana para no cometer errores pasados, como el endeudamiento externo para fomentar políticas comerciales inviables y sin coordinación regional”. Para Valenzuela, los cuatro focos más problemáticos para la región en la actualidad son la inequidad social, la dependencia energética de algunos países, las escasas infraestructuras terrestres y portuarias y la crisis mundial.
A partir de la investigación desarrollada, Valenzuela sugiere que la colaboración y fomento del comercio intrarregional deben estar sustentados en los acuerdos de integración e instituciones no corruptas y democráticas. Asimismo, formalizar leyes que garanticen la transparencia y democracia es un desafío prioritario para garantizar un mayor flujo comercial bilateral y, por ende, una mayor productividad. También ve necesario proponer acuerdos de cooperación energética e incentivar el debate y la investigación en temas como la integración regional, la falta de inversiones y la capacidad estatal para regular y garantizar la calidad de servicios que fomenten la capacidad productiva, como la salud y la educación.
Un equipo de investigadores del Instituto INGENIO (CSIC-UPV) y la Universidad de Oslo han analizado un total de 103 regiones europeas y ha concluido que aunque en general la desigualdad parece disminuir al aumentar las habilidades digitales de la población, si se analiza por grupos concretos, esta disminución solo se da entre las clases media y alta.
El crecimiento económico suele considerarse una forma segura de aumentar el bienestar de las personas en los países menos desarrollados. Sin embargo, un estudio dirigido por la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad McGill de Canadá sugiere que existen buenas razones para cuestionar esta suposición.
