Investigadores de la Universidad Jaume I de Castellón han desarrollado y patentado unos compuestos para el tratamiento de enfermedades infecciosas tropicales, como la malaria, la enfermedad del sueño, el mal de Chagas y la leishmaniasis. Estas sustancias presentan alta eficacia y baja toxicidad, lo que ayuda a reducir los efectos secundarios.
Las enfermedades infecciosas tropicales son patologías presentes principalmente en los países en desarrollo que son transmitidas por insectos que transportan un parásito infeccioso para los seres humanos. Estas enfermedades, además de ser un obstáculo para el desarrollo económico y social de esos territorios, generan enormes perjuicios en términos de sufrimiento humano y mortandad.
En este contexto, científicos de la Universidad Jaume I de Castellón (UJI) han desarrollado compuestos para el tratamiento de enfermedades infecciosas tropicales (malaria, enfermedad del sueño, mal de Chagas, leishmaniasis...). Estas sustancias ya han sido patentadas y pueden ser la base para el desarrollo de nuevos fármacos más eficaces y menos tóxicos para estas patologías, ya que los medicamentos que actualmente se emplean muestran una baja eficacia o bien efectos secundarios indeseables.
La innovación de estos compuestos reside en su alta selectividad y baja toxicidad, ya que, como explica el investigador de la UJI Florenci González Adelantado, "los nuevos compuestos químicos inhiben la acción de unas enzimas que catalizan procesos metabólicos claves durante la infección de protozoos que causan las enfermedades tropicales infecciosas".
"Así –añade–, los compuestos que hemos desarrollado bloquean el ciclo de vida natural de estas enzimas, llamadas cisteína proteasas, e impiden el avance de la infección sin mostrar los efectos secundarios que tienen los compuestos tradicionalmente utilizados en el tratamiento de estas enfermedades".
Según sus creadores, se trata de un alentador hallazgo que se enmarca en las recientes líneas de investigación encaminadas a la búsqueda de compuestos capaces de inhibir la acción de las cisteína proteasas con el objetivo de bloquear el ciclo de vida natural de los protozoos e impedir el avance de la infección.
De esta manera, los compuestos diseñados son estructuras novedosas inhibidoras de estas enzimas que podrían dar lugar a nuevos fármacos para combatir la malaria, la enfermedad de Chagas, la del sueño y la leishmaniasis, especialmente como una alternativa a la terapia tradicional en organismos resistentes.
Los nuevos compuestos han sido desarrollados por el Grupo de Química Orgánica y Médica, y su modelo ha sido publicado en la revista Chemistry and Medicinal Chemistry.
Referencia bibliográfica:
Santiago Royo, Santiago Rodríguez, Tanja Schirmeister, Jochen Kesselring, Marcel Kaiser and Florenci V. González (2015). Dipeptidyl Enoates As Potent Rhodesain Inhibitors That Display a Dual Mode of Action. ChemMedChem, Volume 10, Issue 9, pages 1484–1487, Septiembre de 2015.