El Instituto de Estudios de Identidad y Género de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) de Madrid, dirigido por Sonia Núñez Puente, analiza la práctica del ciberfeminsmo en España a través de los dos portales feministas más importantes del país. La principal conclusión desvela la necesidad de reconstruir el manejo en la creación, el acceso y el uso de las nuevas tecnologías por parte de las mujeres para alcanzar un ciberfeminismo social real.
El uso de nuevas comunidades virtuales aproxima la práctica feminista hacia un ciberfeminismo y también hacia un tecnofeminismo. Esta es la conclusión de un artículo publicado recientemente en la revista Women's Studies International Forum considera y explora en profundidad la construcción y el uso de estos nuevos espacios sociales, con ejemplos concretos en España: dos portales web feministas, E-lleusis y Mujeresenred, creados por María Angustias Bertomeu en 1990 y Monsterrat Boix en 2000, respectivamente.
Las propuestas de las investigadoras españolas Monserrat Boix y Maria Angustias Bertomeu, creadoras de los dos portales feministas en España, "muestran la relación del concepto de "experiencia positiva de diferentes mujeres en la red, y permiten concebir internet como un universo comprometido en la en la construcción de relaciones y servicios para las mujeres", explica Sonia Núñez, directora del Instituto de Estudios de Identidad y Génerode la URJC de Madrid .
La importancia de estos dos portales está demostrada, entre otros factores, por el número de visitas que reciben: Mujeresenred: 1674 diarias y 1.884.428 en total desde sus inicios. Mientras, E-lleisus tiene ocho millones de entradas totales y 3.500 subcriptores a su boletín semanal.
Cambio en las prácticas feministas
De este trabajo se desprende el cambio de las prácticas feministas en España desde una posición cercana a la utopía esencialista defendida por Bertomeu hasta un cierto tipo de tecnofeminismo, el cual Mosterrat Boix ha transformado en lo que ella ha denominado 'ciberfeminismo social'.
Para Boix, este 'ciberfeminismo social' se ha alcanzado gracias al conjunto de debates que se dan en la red y que han logrado construir una nueva identidad on-line que parte desde la inclusión de las mujeres en los (tradicionalmente masculinos) campos de la programación, creación de redes, e incluso hackear.
Su postura, utópica, progresa con la necesidad de enfatizar la naturaleza personificada de Internet y las supuestas conexiones con el mundo femenino y sus modos de pensar como núcleo de su argumento. Incluso en una de las secciones del portal dedicadas al ciberfeminismo, Bertomeu apunta hacia el crítico e histórico link que las mujeres han mantenido con la tecnología como usuarias y como creadoras.
Como muestra este artículo, las visones de Boix y Bertomeu oscilan entre la perspectiva utópica y el descubrimiento de una necesidad de desarrollar la dirección de la creación de las mujeres, el uso y el acceso a las tecnologías como propósito para crear un nuevo ciberfeminismo social basado en un tecnofeminismo ejemplificado por el deseo de construir "un nuevo territorio web".
Las aproximaciones a la utilidad y uso de las tecnologías han permitido la creación de nuevos espacios sociales en internet, así como nuevas visiones de las prácticas feministas en España, según estudios recientes sobre activismo y ciberfeminismo en España.
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