Los profesores de la Universidad de Cantabria David Cantarero y Marta Pascual han participado en la elaboración del prestigioso Informe SESPAS 2008, que todos los años promueve la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria y que se presentó ayer en Madrid.
La contribución de los investigadores del Departamento de Economía de la UC, que firman el trabajo junto a dos expertos de la Universidad de La Coruña y la Escuela Gallega de Administración Sanitaria, es un análisis del patrón de demanda de los servicios sanitarios por parte de la población inmigrante, comparando sus niveles de salud y de utilización de recursos con los de la población nacional.
Bajo el título Adaptación de los servicios de salud a las características específicas y de utilización de los nuevos españoles, David Cantarero, Marta Pascual, Berta Rivera y Bruno Casal destacan en su estudio que las personas inmigrantes, que superan el 9% de la población española, “demandan los servicios correspondientes a las necesidades de una población joven y que goza de buen estado de salud”. El informe revela niveles de utilización de los recursos sanitarios inferiores a los de la población española. No obstante, la población extranjera acude más a la consulta del especialista, especialmente a los servicios de ginecología y de traumatología.
Por otra parte, existen notables diferencias entre la población nativa y extranjera en cuanto a los motivos de ingreso. El parto es la causa principal para las personas inmigrantes, mientras que en el caso de las personas nativas lo son las intervenciones quirúrgicas. Asimismo, se observa una ligera mayor utilización del servicio de urgencias en las personas extranjeras que en la población española. Todos estos datos comparados se han obtenido a través de la Encuesta Nacional de Salud (ENSE), la Encuesta Europea de Renta y Condiciones de Vida (ECV) y el Panel de Hogares de la Unión Europea (PHOGUE).
Los investigadores de las universidades de Cantabria y de La Coruña han planteado la conveniencia de realizar este estudio de manera dinámica para analizar las variaciones en el nivel de salud y en los patrones de demanda de atención sanitaria. “Es importante identificar los desequilibrios en los recursos y establecer una correcta ordenación de prioridades preventivas y asistenciales”, explican David Cantarero y Marta Pascual.
Problemas y soluciones
El Informe SESPAS es un prestigioso documento que recopila trabajos punteros en la investigación sanitaria y que edita con periodicidad bienal la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria. La edición de 2008, titulada Mejorando la efectividad de las intervenciones públicas sobre la salud, fue presentada en la Escuela Nacional de Sanidad (Instituto de Salud Carlos III) por el presidente de SESPAS, Lluis Bohigas.
Un total de 79 expertos en salud pública de toda España han participado en el octavo informe que, a través de sus distintas partes, detecta problemas estructurales como la falta de participación del paciente en las decisiones clínicas que le atañen o el estado de heterogeneidad de los sistemas de información. El documento también analiza las causas del éxito y del fracaso de unas políticas sanitarias frente a otras, y señala nueve espacios en los que es necesario intervenir: gobernabilidad, ampliación de los márgenes de las políticas, salud pública basada en la experiencia, información orientada a la acción, integración de servicios, determinación de las prioridades del sistema, preferencias de los usuarios, vigilancia de la equidad y mejora de la cooperación internacional en salud.
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El informe completo con cifras y datos en:
Un equipo de investigadores del Instituto INGENIO (CSIC-UPV) y la Universidad de Oslo han analizado un total de 103 regiones europeas y ha concluido que aunque en general la desigualdad parece disminuir al aumentar las habilidades digitales de la población, si se analiza por grupos concretos, esta disminución solo se da entre las clases media y alta.
El crecimiento económico suele considerarse una forma segura de aumentar el bienestar de las personas en los países menos desarrollados. Sin embargo, un estudio dirigido por la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad McGill de Canadá sugiere que existen buenas razones para cuestionar esta suposición.
