La central nuclear de Ascó analizará a cerca de 800 personas para saber si han resultado contaminadas a raíz de un escape radiactivo el pasado 28 de noviembre, que no se dio a conocer hasta el mes pasado.
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha abierto un expediente sancionador a la central por "proporcionar información incompleta y deficiente" sobre el alcance de la radiactividad emitida. El CSN considera que el suceso ocurrido en noviembre en la central nuclear de Ascó "ha sido más grave de lo inicialmente clasificado", y ha elevado el nivel del accidente hasta la categoría 2 de la escala internacional (de 0 a 7).
La información (que la central de Ascó tenía ya el 29 de noviembre de 2007) fue remitida ayer al CSN, y confirma el origen de la emisión y la naturaleza del vertido: partículas metálicas de activación. Las estimaciones que se han realizado superan con creces las iniciales y se elevan a 84,95 millones de bequerelios (Bq), una cifra equivalente a 2,3 milicurios, cuando el valor inicial comunicado por Ascó era de 235.000 Bq, según informa en una nota el CSN.
"Del análisis de la cronología de los hechos se deduce que ya el 9 de abril el titular conocía que la información de actividad total vertida no era correcta y no lo comunicó al CSN, a pesar de haber sido requerido reiteradamente y por escrito", señala el CSN.
Por esta razón, el organismo ha abierto un expediente sancionador al titular de la central nuclear, a la vez que "exigirá que depuren responsabilidades". Según el CSN, "el impacto radiológico que se deriva de los nuevos datos sigue siendo muy poco significativo para la población del entorno de la central".
Ya se han realizado mediciones a 579 personas, "sin encontrar en ningún caso indicios de incorporación e material radiactivo", asegura el CSN. A pesar de ello, el CSN va a comenzar una campaña de vigilancia radiológica independiente que complemente las medidas que ya realizó el pasado 5 de abril en el exterior de la instalación.
Ante la alarma suscitada por el escape de partículas metálicas de activación y la falta de datos rigurosos proporcionados por la operadora de la planta nuclear, la presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten ha pedido comparecer en el Congreso de los Diputados para dar cuenta de todos los detalles.
"El CSN empieza ya a reconocer que minimizó la importancia del accidente de la central nuclear de Ascó que produjo la liberación al medio ambiente de partículas de material radiactivo (cobalto-60 y otros)", afirma Greenpeace en un comunicado.