Investigadores de la UAM, en colaboración con especialistas de la OMS, elaboraron el primer estudio que demuestra claramente los efectos de la depresión sobre la salud y las variables asociadas a su presencia en diferentes partes del mundo.
Es bien conocido que la depresión afecta notablemente la calidad de vida y el funcionamiento cotidiano de las personas, lo que a su vez provoca un elevado coste económico y sanitario en las sociedades. Menos conocidos son, sin embargo, los efectos producidos por los síntomas depresivos (aquellos que no alcanzan a cumplir los criterios diagnósticos estándar del trastorno depresivo). Tanto así que los pocos trabajos que existen hasta el momento al respecto se basan en muestras poco representativas o circunscritas a un único país.
En este sentido, resulta altamente valioso un estudio realizado por investigadores del Departamento de Psiquiatría de la UAM (Drs. José Luis Ayuso-Mateos y Roberto Nuevo), con la colaboración de especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el cual se analizan no sólo los efectos de la depresión sino también los efectos de los síntomas depresivos en personas sin depresión, a través de una muestra altamente representativa recogida en diferentes países.
El estudio, publicado en British Journal of Psychiatry, se basa en los datos de la Encuesta Mundial de Salud de la OMS de 2002, la cual incluye muestras de 68 países representantes de todas las regiones del mundo y de todos los niveles económicos. De este modo, se contó con una muestra total de 252.503 personas mayores de 18 años para analizar el impacto de la depresión y los síntomas depresivos sobre la salud y el funcionamiento (en el marco de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Capacidad y la Salud de la OMS).
Los resultados indicaron que la prevalencia de la depresión durante el año previo a la encuesta fue elevada: 7.38% para el grupo con episodio depresivo, y hasta 13.2% si se suma la presencia de personas con síntomas depresivos durante más de dos semanas. Las diferencias marcadas que se evidenciaron entre algunos países no estuvieron relacionadas con sus respectivos niveles de desarrollo económico. La presencia de depresión, al igual que el riesgo de tener síntomas depresivos persistentes, estuvieron asociados a otros factores, como tener mayor edad, ser mujer, estar soltero, viudo o separado, estar desempleado o tener bajos niveles educativos y económicos.
De este modo, el principal logro del estudio consistió en establecer —tras controlar estadísticamente el efecto de diferentes variables que potencialmente podían confundir los resultados— que la presencia de depresión tiene un claro impacto negativo sobre la salud humana, al igual que lo tienen (aunque en menor medida) los síntomas depresivos. Y que ser mujer, adulto mayor, soltero, carecer de un buen nivel educativo o tener pocos ingresos, son factores relacionados con un peor estado de salud, independiente del país de pertenencia.