Tal día como hoy, en el año 1957, la perra Laika se convirtió en la primera criatura con vida en ser enviada al espacio, a bordo de la nave espacial soviética Sputnik 2. El can falleció siete horas después del lanzamiento y la causa de la muerte fue, probablemente, una combinación del estrés sufrido durante el evento y el sobrecalentamiento por un desperfecto en el sistema de protección térmico de la nave. Aquel sacrificio sirvió para alcanzar el objetivo de lograr vuelos espaciales tripulados.
Su odisea marcó un antes y un después en la carrera espacial entre la URSS y Estados Unidos. Laika fue la protagonista de un viaje destinado a probar la seguridad de los viajes espaciales para humanos.
Antes de eso, en agosto de 1960, otras dos perras, Belka y Strelka, a bordo del trasbordador Sputnik 5, aterrizaban en la región de Orsk, en Kazajistán, tras pasar 26 horas paseando por el espacio. Este hito convirtió a estas dos perras en los primeros seres vivos en regresar con vida tras un vuelo orbital.