El 30 de junio se celebra el Día Internacional del Asteroide, en conmemoración del que cayó en Tunguska (Siberia) en 1908. Este impacto, el más importante en la historia reciente de la Tierra, destruyó una superficie de bosque del tamaño de la isla de Gran Canaria.
La efeméride fue fundada en 2014 por Brian May, astrofísico y guitarrista de la banda Queen, el astronauta del Apollo 9 Rusty Schweickart, el director cinematográfico Grig Richters y Danica Remy, presidente de la Fundación B612, dedicada a la ciencia planetaria.
Cada año, este día se celebra por todo el mundo con multitud de eventos, desde charlas de divulgación y programas de educación científica hasta conciertos.
Su objetivo es que la sociedad conozca estos cuerpos rocosos: qué papel desempeñan en la formación del universo, qué oportunidades nos brindan y cómo protegernos para evitar que impacten en la Tierra.
Aunque existe peligro de que uno de ellos caiga en nuestro planeta, muchos centros astronómicos se dedican a estudiar y seguir las órbitas de aquellos que pasan cerca y comprobar si de verdad existe la posibilidad de colisión. De hecho, los científicos son capaces de preverlo hasta con varios siglos de antelación.
Los asteroides tienen un tamaño menor que un planeta pero mayor que un meteorito. Pueden medir desde 50 metros hasta los 1.000 kilómetros de diámetro.
La mayoría de los asteroides conocidos orbitan en el cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter, aunque también pueden orbitar otros planetas. Los que pasan cerca de la Tierra se llaman NEAs (por sus siglas en inglés). Se conocen más de 10.000.