Un enigmático concepto físico conseguía colarse la semana pasada en la primera plana de los diarios, haciéndose hueco entre las reuniones de la Eurocámara, las cifras del PIB y el nuevo gobierno salido de las urnas. Científicos del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) anunciaban estar más cerca que nunca del bosón de Higgs. Javier García Sanz, investigador del departamento de Física Fundamental de la UNED, analiza la repercusión mediática de la noticia.
El bosón de Higgs ha acaparado la atención de todos los medios. ¿Algo está cambiando en esta sociedad en cuanto al interés científico?
No lo creo. Que en poco tiempo se haya hablado en las noticias de los experimentos sobre los neutrinos y sobre el bosón de Higgs no supone un cambio en la consideración que tiene nuestra sociedad sobre la ciencia. El mismo tiempo o más se dedicó hace unos meses a la noticia, si se puede llamar así, de que se había descubierto un nuevo signo del Zodiaco que implicaba un cambio sustancial en la astrología.
¿A qué se debe entonces este interés mediático?
Lo que quizá ha dado más relevancia a estos anuncios es la circunstancia de que se hayan hecho muy próximos en el tiempo y que en ambos esté implicada una institución científica, el CERN, que es fruto de la colaboración de muchos países. Sin duda han sido los científicos de esta institución los que más interés han puesto en presentarse ante la sociedad y tratar de justificar su actividad y la inversión económica que ha supuesto la construcción del LHC (Gran Colisionador de Hadrones).
¿Cómo valora el tratamiento que se le ha dado?
Más allá de las retransmisiones en directo de las presentaciones de los resultados que han hecho algunos medios, el tratamiento mediático ha sido bastante desigual y, a veces, totalmente caótico. Se ha llegado a decir que se acababa de descubrir el neutrino, o que el neutrino era la partícula de Dios. Tampoco hay que olvidar que hace tan solo dos años, con motivo de la puesta en marcha del LHC, el interés de algunos medios de comunicación no estaba tanto en las partículas que se pudieran descubrir sino en la posibilidad de que el mundo desapareciera engullido en un agujero negro. Es posible que estas Navidades se vendan algunos ejemplares del libro “La partícula divina” de Leon Lederman, pero pasadas unas semanas todo se olvidará hasta que tenga lugar una nueva rueda de prensa en el CERN el próximo año.
Aunque no se trataba del descubrimiento del bosón, sí parece que está más cerca, puesto que los experimentos han determinado su rango de masas entre unos 115 y 130 gigaelectronvoltios (GeV). ¿Por qué es importante este hallazgo?
Los indicios que se han presentado no son en absoluto concluyentes. Los resultados son compatibles con la presencia de un bosón de Higgs con una masa en este intervalo, pero también pueden interpretarse como fluctuaciones estadísticas. Un punto a favor es que los indicios se han registrado en dos experimentos diferentes, ATLAS y CMS, dentro del LHC, pero hace falta una muestra estadística mucho mayor.
¿Qué ocurriría si no se encontrara la partícula en ese rango de masas?
Ciertamente a todos los implicados les encantaría encontrar el bosón en este intervalo de 115-130 GeV, pues otros experimentos han descartado que el bosón de Higgs pueda tener una masa entre 145 GeV y 400 GeV. De modo que si no se encuentra ahora el bosón buscado habría que ir a energías bastante más altas, lo que aumentaría considerablemente la dificultad de los experimentos. También hace unos meses se habló de indicios de una nueva partícula en experimentos en el Tevatrón en Fermilab (EE.UU.) pero pronto se desmintieron. Se daba la circunstancia de que se acababa de anunciar el próximo cierre de la instalación, lo que parecía apuntar a un último intento desesperado de los científicos por culminar su investigación.
De no hallarse el bosón, ni con energías bastante mayores, como comenta, ¿qué significaría para la física?
Habría que hacer cambios mucho más radicales y abandonar el Modelo Estándar. Sin embargo, el mecanismo de Higgs no exige necesariamente la presencia del bosón de Higgs. Existen teorías alternativas para explicar la masa de las partículas pero son mucho más complicadas. Se abriría un nuevo horizonte en el campo de la física de partículas.
El director del CERN, Rafael Houer, despedía la rueda de prensa diciendo a los periodistas, “nos vemos el año que viene con el descubrimiento”. ¿No era un anuncio arriesgado?
Lo que sin duda Houer quería decir es que, dentro de un año, los experimentos ya estarán suficientemente refinados y la estadística será suficientemente amplia para poder confirmar o desmentir la existencia de un bosón de Higgs en ese intervalo de masas. El que realmente sea una confirmación son buenos deseos por su parte, aunque tenga algunos indicios que le apoyen.
¿Cree que este descubrimiento será reconocido, en un futuro, con un Premio Nobel?
Si realmente se descubre, sin duda merecería un Premio Nobel. El problema estaría en a quién se le da, teniendo en cuenta que el premio solo pueden compartirlo tres científicos. Por la parte experimental, en el LHC trabajan muchos científicos en varios grupos distintos y realizando experimentos de diferentes tipos. Por la parte teórica, Higgs, que propuso el mecanismo hace cincuenta años, podría ser un candidato, pero hubo otra media docena de físicos que propusieron ideas similares en la misma época. un Premio Nobel"
¿Descubrimientos de este tipo sirven para despertar vocaciones científicas?
Es posible que despierten alguna vocación, más allá del interés momentáneo. En cualquier caso, la manera de transmitir las noticias científicas es algo sesgada. Parece que la física se reduzca solo a la física de partículas y a la cosmología, cuando entre una y otra hay un campo amplísimo de investigación. Pocas veces se lee en los medios que hay grandes problemas abiertos en hidrodinámica o en la teoría de la conducción eléctrica o, sencillamente, en el origen del rozamiento. También es cierto que, los propios científicos de partículas y los cosmólogos hacen a veces afirmaciones muy temerarias como que con la formulación de una teoría de todo, la física estará concluida, o que tras el Modelo Estándar, si se confirma, ya no habrá más secretos que descubrir.
El papel del bosón de Higgs en el Modelo Estándar
El Modelo Estándar es la teoría que los físicos usan para describir el comportamiento de las partículas fundamentales y las fuerzas que actúan entre ellas. Describe la materia ordinaria de la que está compuesto el ser humano y todo lo que vemos en el Universo. Sin embargo, el Modelo Estándar no describe el 96% del Universo, que es invisible. Uno de los objetivos principales del programa de investigación del LHC es ir más allá del Modelo Estándar, y el bosón de Higgs podría ser la llave.
Esta partícula confirma la teoría pero podría tomar otras formas relacionadas con teorías que van más allá del Modelo Estándar. Se dan tres supuestos. El primero, un bosón de Higgs dentro del Modelo que podría seguir señalando a nueva física mediante sutilezas en su comportamiento que sólo surgirían después de estudiar un gran número de desintegraciones de la partícula.
El segundo, un bosón de Higgs fuera del Modelo Estándar, actualmente más allá del alcance de los experimentos del LHC, que abriría inmediatamente la puerta a nueva física. Por último, la ausencia del bosón de Higgs del Modelo señalaría la presencia de nueva física en el rango de energía para el que está diseñado el LHC, 14 TeV (teraelectronvoltios), que se espera alcanzar después de 2014.
Fuente: CPAN, Centro Nacional de Física de Partículas, Astropartículas y Nuclear.