Esther Barreiro (Barcelona, 1965) estudió medicina y se especializó en neumología en la Universidad de Barcelona. Después de una temporada en el hospital de referencia de Gerona y de unos años en Canadá, volvió a Barcelona, al Hospital del Mar y al Parque de Investigación Biomédica de Barcelona, donde dirige el grupo de investigación en Mecanismos Moleculares de Predisposición al Cáncer de Pulmón del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas.
¿Cómo empezaste a hacer investigación?
Después de terminar la especialización a mediados de los 90 viví una época de crisis, similar a la actual: no había trabajo, y durante tres años trabajé por períodos cortos, haciendo sustituciones en el ámbito de la medicina primaria, y luego en el Hospital Josep Trueta de Gerona. Ahí los medios eran escasos y las condiciones muy duras. En Gerona llevé a cabo un estudio epidemiológico sobre asma, que fue mi entrada a la investigación, y en 1997 vine al Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y al Hospital del Mar con una beca de investigación.
Enseguida te fuiste a Montreal.
Sí, pasé tres años haciendo investigación sobre biología muscular en modelos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), sepsis y cáncer. Hice un máster en McGill University y cuando volví en 2012 obtuve el doctorado en la Universidad Pompeu Fabra. Desde entonces me dedico plenamente a la investigación y desde 2008 hago asistencia hospitalaria una mañana por semana.
¿Qué beneficios aporta combinar la investigación con la práctica clínica?
Me pone en un contexto de realidad social que no vería haciendo solo investigación. Es un poco esquizofrénico ir de un mundo a otro: son bien cercanos (el Hospital del Mar y el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona están físicamente uno al lado del otro) y a la vez bien lejanos… Pero lo valoro muchísimo, porque la medicina tiene una vertiente humana muy importante y el contacto con los pacientes me da una visión de lo que es importante. A la hora de diseñar nuestros estudios intento que tengan una funcionalidad práctica, aunque obviamente no puedo saber si encontraremos una terapia concreta ... Pero sí sé que los conocimientos que hemos obtenido en los últimos 15 años ya están en las guías de práctica médica, y eso es un orgullo.
¿Has notado el efecto de la crisis en tu trabajo en el hospital?
¡Por supuesto! Al Hospital del Mar llegan muchos jubilados que viven de una pensión de 500 euros o parados que han vuelto a casa de los padres ... Sé que muchos de mis pacientes crónicos no se toman bien toda la medicación porque no pueden pagarla.
Además de la práctica clínica y la investigación, haces de editora de varias revistas científicas.
Sí, son las tres patas de mi día a día... Esto me ha permitido conocer lo que los editores y revisores esperan de uno y, por tanto, me ha ayudado a publicar mejor. Eso sí, es mucho trabajo. Soy editora de tres revistas, y una de ellas -Archivos de Bronconeumología- ocupa un 25% de mi tiempo, ya que soy la editora en jefe y trabajo mucho los fines de semana. Además, cada semana reviso cuatro o cinco artículos para otras revistas internacionales... Pero es así, otros investigadores revisan mis artículos, todos debemos colaborar.
¿Un mensaje para jóvenes investigadores?
Que con ilusión, motivación y compromiso pueden llegar donde quieran. Si no aquí, encontrarán trabajo en otro lugar. Eso sí, no pueden sentarse en el sofá y esperar que todo les venga hecho. La carrera científica es larga y dura. No se consigue nada sin esfuerzo y hay que aprender a asumir los fracasos, a integrarlos. ¡Pero esto es así, en investigación y en la vida!