La Biblioteca Nacional de España va a iniciar un proceso de digitalización de 200.000 obras pertenecientes a sus fondos. Es un proyecto que cuenta con un presupuesto de diez millones de euros y permitirá la consulta en internet de libros, grabados e imágenes, que se incorporarán al catálogo de la Biblioteca Digital Hispánica. SINC habla con Bárbara Muñoz de Solano, jefa del Servicio de digitalización en la Biblioteca Nacional de España.
¿Qué beneficios obtiene el investigador o el usuario de la Biblioteca Nacional cuando accede a sus fondos digitalizados, en comparación con los impresos?
La digitalización no sólo favorece la difusión del patrimonio cultural nacional, pues un mismo documento puede ser consultado por varias personas a la vez en diferentes lugares y al mismo tiempo, sino que también respeta la conservación del documento original y favorece, cara a los usuarios, la disponibilidad de una amplia gama de servicios, como pueden ser la reproducción bajo petición. Además, gracias a la aplicación de búsqueda y recuperación específica de documentos digitales que ofrecemos, el grado de eficacia y sofisticación en la recuperación de los documentos permite al usuario un amplio abanico de opciones de búsqueda.
¿Por qué ha llamado tanto la atención esta medida fuera de España?
Se debe a la calidad del proyecto en cuanto a su contenido patrimonial. Asimismo, se debe a las tareas de difusión que la BNE lleva a cabo en diferentes países para dar a conocer el proyecto y, también, al alto nivel de implicación de la BNE en los proyectos Internacionales en materia de digitalización, como Europeana, Michael Plus, Michael…
Debemos destacar que el proyecto de digitalización masiva que empezaremos es una forma ejemplar de colaboración entre una empresa privada, Telefónica y una institución pública, Biblioteca Nacional, que ha suscitado gran interés por sus dimensiones y calidad.
¿Debería digitalizarse más en las bibliotecas y archivos españoles?
Existen muchas instituciones que están invirtiendo sus recursos en la digitalización de sus fondos. Es interesante destacar que no sólo se trata de bibliotecas digitales sino también de repositorios institucionales.
¿El acceso libre a obras entra en conflicto con los derechos heredados por los descendientes de los autores?
No, las obras que han sido seleccionadas carecen de derechos de autor. Al mismo tiempo estamos estudiando junto con la Federación de Editores posibles modos de acceso a obras sujetas a derechos.
Se van a digitalizar 200.000 obras en total. ¿Cómo fue el proceso de selección?
La cifra es ambiciosa y el proceso de selección no se ha cerrado todavía. Debido a la gran cantidad de documentos, los especialistas de la Biblioteca están elaborando los primeros listados de obras interesantes, según temáticas previamente definidas. Para componer otras colecciones ajenas a los expertos internos, planeamos convenios de colaboración, bien con organizaciones especializadas, o bien mediante la colaboración con sabios externos en cada materia.
¿Qué obras se van a escanear primero, dentro de todo el catálogo seleccionado?
Hemos iniciado el proceso de selección con obras del siglo XIX y XVIII para evitar problemas derivados de los derechos de autor. Dentro de este espectro se ha procedido a seleccionar los primeros temas de interés que nos permitan incrementar las colecciones ya disponibles en la actualidad en la Biblioteca Digital Hispánica.
¿El escaneado requiere algún cuidado especial de los originales?
Para evitar que las hojas de papel se peguen al pasarlas manualmente por el escáner, se ventila el papel y se tiene especial cuidado con los elementos de dimensiones no estándares, ya que un mismo escáner puede manejar elementos de diferentes longitudes. En cualquier caso, se realizarán controles de calidad que evalúen el estado en que sean devueltos los originales. De todos modos, hay ejemplares que se deben descartar porque no son óptimos para la digitalización.
¿Se necesita digitalizar más fondos?
Los 200.000 títulos son una proporción elevada de documentos en cuanto a contenido digital reconvertido por un organismo. No obstante, representa una mínima parte del patrimonio cultural conservado en la Biblioteca Nacional. Es el principio de una realidad que se alimenta, día a día, con otros proyectos y aportaciones complementarias.