El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento de este año, en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), ha recaído en el ingeniero Lofti A. Zadeh. Sus trabajos han hecho posible que ordenadores y máquinas decidan de una forma parecida a la de los humanos.
El ingeniero electrónico Lotfi A. Zadeh (Bakú-Azerbaiyán, 1921) ha ganado la quinta edición del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) “por la invención y el desarrollo de la lógica difusa”.
Según los responsables del premio, esta contribución “revolucionaria” ha hecho posible que las máquinas trabajen con conceptos imprecisos, como hacen los humanos, y logren resultados más eficientes y adecuados a la realidad. Solo en Japón y EEUU la lógica difusa ha generado más de 50.000 patentes en los últimas cinco décadas.
El galardonado considera que el premio tiene un "significado especial" porque, además de su admiración por España, supone “un reconocimiento a la lógica difusa, que generó cierta controversia, ya que hubo quien lo recibió con entusiasmo, pero otros lo hicieron con escepticismo”.
Zadeh describió por primera vez los “conjuntos difusos” en 1965 mediante un artículo que se convertiría en uno de los más citados del siglo XX, con más de 35.000 menciones. A partir de ahí se desarrolló la lógica difusa.
El propio nombre de la disciplina inició las controversias: “Utilizar el calificativo difusa, que en inglés tiene una connotación negativa, era un hándicap de partida para que fuera bien recibido en la comunidad científica, pero era la palabra que mejor describía lo que yo tenía en mente. Esto resultó ser una rémora para que la teoría fuese aceptada. En Asia, sin embargo, difuso no es peyorativo, así que acogieron mejor mi trabajo, porque ellos no tienen la visión occidental –cartesiana– que limita todo a blanco o negro”.
En cualquier caso la lógica difusa se ha convertido en “un nuevo campo de investigación que ha resultado de una gran utilidad en numerosas áreas de aplicación”, según recoge el acta del jurado. Hoy resulta esencial en tecnologías de consumo masivo, como las cámaras de vídeo o las lavadoras, y en otras más complejas aplicadas a la medicina o en industrias como la de los medios de transporte.