Detectan evidencias de emisiones de un gas clorado en el País Vasco

Un grupo de la Universidad del País Vasco ha detectado evidencias de emisiones de tetracloruro de carbono en Parque Natural de Valderejo (Álava) y en Bilbao, a pesar de las restricciones fijadas por el Protocolo de Montreal. Esta sustancia, que deteriora la capa de ozono y es una de las causantes del efecto invernadero, puede ser cancerígena para humanos.

Imagen de la estación de medición de Valderejo.
Imagen de la estación de medición de Valderejo. / Marino Navazo / UPV/EHU

El Grupo de Investigación Atmosférica (GIA) de la UPV/EHU ha centrado una de sus líneas de investigación en el tetracloruro de carbono (CCl4), una sustancia que deteriora la capa de ozono, que puede ser cancerígena para humanos, y es uno de los causantes del efecto invernadero. El estudio se basa en mediciones llevadas a cabo en continuo durante años en Parque Natural de Valderejo y en Bilbao. Entre las conclusiones obtenidas, los autores destacan que hay evidencias de emisiones no identificadas de este gas, a pesar de las restricciones fijadas por el Protocolo de Montreal.

El tetracloruro de carbono deteriora la capa de ozono, puede ser cancerígena para humanos, y es uno de los causantes del efecto invernadero

El tetracloruro de carbono es un líquido incoloro de olor dulce, no inflamable, de baja solubilidad en agua y que se evapora fácilmente, por lo que habitualmente se encuentra en estado gaseoso en el aire. Es una de las substancias que deterioran la capa de ozono, puede tener efectos adversos en la salud (posible cancerígeno para humanos) y se trata de un gas de efecto invernadero. Las concentraciones de CCl4 en aire ambiente se han estudiado de forma exhaustiva, especialmente a partir de su inclusión en la lista de substancias del Protocolo de Montreal, que entró en vigor en 1989 con el principal objetivo de proteger la capa de ozono.

Emisiones naturales insignificantes

Las emisiones naturales de este gas, como algas marinas, plantas, océanos y volcanes, pueden considerarse despreciables frente a las emisiones artificiales (antropogénicas). Actualmente, a pesar de la restricción en su uso, hay evidencia de fuentes de CCl4 no identificadas, que podrían proceder, entre otros, de la industria, de lugares contaminados y de plantas de tratamiento de residuos tóxicos. La mayor parte de medidas se han realizado en zonas remotas alejadas de núcleos industriales y urbanos para conocer su tendencia a largo plazo. Los resultados revelan una disminución de la concentración de CCl4 en el aire ambiente, aunque menos brusca de lo que se esperaba.

Según explica Maite de Blas, investigadora del grupo de la universidad vasca, "con el fin de detectar fuentes potenciales de CCl4 se hicieron medidas en la Escuela de Ingeniería de Bilbao, ubicada en una zona urbana afectada por la industria de los alrededores, durante un año" -entre marzo de 2007 y febrero de 2008-.

Para ello, utilizaron un sistema basado en cromatografía de gases acoplado a un espectrómetro de masas. Asimismo, partiendo de medidas de compuestos orgánicos volátiles realizadas -mediante cromatografía de gases con detector de ionización de llama- en el Parque Natural de Valderejo durante un periodo de cinco años no consecutivos (en los años 2003, 2005, 2010- 2011, 2014 y 2015), en las que no se midió CCl4 específicamente, sino que se desarrolló un método para la recuperación de resultados a partir de datos almacenados. Al tratarse de una zona rural alejada de núcleos urbanos e industriales importantes, el emplazamiento reunía las características óptimas para el análisis de tendencias de este compuesto a largo plazo.

Los valores de concentración promedio medidos en Bilbao fueron ligeramente superiores a los medidos en Valderejo, siendo estos últimos superiores a los de otras estaciones remotas del Hemisferio Norte. Sin embargo, en Bilbao se registraron picos de CCl4 debidos a la existencia de fuentes cercanas al punto de medida. "Parte de las emisiones pueden deberse a la evaporación, no siendo la única fuente, ya que se comprobó que un aumento de la temperatura no siempre implicaba un aumento de la concentración", explica Maite de Blas. A pesar de las restricciones del Protocolo de Montreal, el uso analítico de CCl4 en laboratorios está permitido, por lo que algunas emisiones podrían estar asociadas al uso de este eompuesto en los propios laboratorios docentes y de investigación.

A pesar de la restricción en su uso, hay evidencia de emisiones que podrían proceder de la industria, de lugares contaminados y de plantas de tratamiento

Varias incógnitas por resolver

Un análisis llevado a cabo en Bilbao teniendo en cuenta las condiciones de dirección y velocidad de viento indicó la existencia de una o varias fuentes potenciales de emisión en la dirección suroeste. Durante los años 2007 y 2008, se encontraba operativa una fábrica de productos halogenados situada en dicha dirección respecto del punto de medida. No obstante, la única actividad industrial cercana que informó oficialmente de la emisión durante el periodo de medida fue un vertedero de residuos urbanos. "Para aclarar el origen de CCl4 en Bilbao habría que hacer un estudio exhaustivo de las emisiones de otras fuentes potenciales cercanas -manifiesta la investigadora-, tales como la planta incineradora de residuos, fuentes marinas y la refinería de petróleo".

Las series temporales de concentraciones obtenidas en Valderejo indicaron que no existen fuentes relevantes cercanas. Además, la llegada de masas de aire contaminadas que contenían, entre otros, benceno y tolueno no supone un aumento en las concentraciones de tetracloruro de carbono. La tendencia a largo plazo del CCl4 en Valderejo no es clara: se observó un descenso desde 2003 a 2004 y desde 2004 a 2005, y un ligero aumento en el año 2010; resultados que coinciden con la estimación de emisiones realizada por la Organización Meteorológica Mundial y publicada en el informe Evaluación científica del agotamiento de la capa de ozono: 2014.

"Para explicar la tendencia a largo plazo en Valderejo se pretende completar la serie temporal con los resultados de las medidas de CCl4 que continúan realizándose en la actualidad", concluye.

Referencia bibliográfica

De Blas, M., Uria-Tellaetxe, I., Gomez, M. C., Navazo, M., Alonso, L., García, J. A., Durana, N., Iza, J., Ramón, J. D. (2016). "Atmospheric carbon tetrachloride in rural background and industry surrounded urban areas in Northern Iberian Peninsula: Mixing ratios, trends, and potential sources". Science of The Total Environment, 562, 26-34. doi: 10.1016/j.scitotenv.2016.03.177

Fuente: Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea
Derechos: Creative Commons
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