Un metaanálisis europeo con más de 37 000 madres e hijos revela que la exposición durante el embarazo a contaminantes como el polvo, el hollín o los compuestos químicos en suspensión, conocidos como PM2.5, se relaciona con un mayor riesgo de sobrepeso en la infancia, especialmente entre los 9 y 12 años.
Interactiva y de acceso abierto, FCMiNo dashboard recopila el origen de estos polímeros en los alimentos. Abrir una botella de agua, cortar sobre una tabla de plástico o calentar comida en un táper son algunos de los gestos comunes que, según este trabajo, pueden liberar partículas plásticas que acaban en nuestra comida.
Una nueva investigación realizada en más de 700 mujeres embarazadas revela que la exposición prenatal a la polución atmosférica se asocia con cambios en el tamaño de estructuras cerebrales fetales. Entre los cambios se encuentran el aumento de los ventrículos laterales y la cisterna magna, además de un posible retraso en la maduración cerebral.
La goma de mascar de las marcas más populares se basa en un material sintético derivado del petróleo que se utiliza también para fabricar neumáticos. Es una fuente de grandes cantidades de polución plástica que apenas ha recibido atención, pero que no se recicla, ensucia las ciudades y contamina el medio ambiente.
Estos fenómenos se han vuelto más frecuentes y severos, y se ha comprobado que las partículas finas generadas en ellos perjudican a la salud. Según un nuevo estudio, 1 009 millones de personas al año, al menos durante un día, se expusieron a alta contaminación interior por incendios forestales en las últimas dos décadas.
Un proyecto español ha desarrollado un sistema basado en microalgas y bacterias, combinadas con biofiltros verticales, que elimina hasta el 98 % de nitratos y más del 90 % de pesticidas antibióticos y genes de resistencia antimicrobiana. Este dispositivo promete mejorar la calidad del agua en zonas rurales con alta contaminación.
Cerca de 1.400 millones de personas viven en zonas donde el suelo contiene niveles perjudiciales para la salud humana y los ecosistemas de arsénico, cadmio, cobalto, cromo, cobre, níquel y plomo. Esta es la principal conclusión de un estudio internacional liderado por la Universidad de Tsinghua en China.
La industria textil se erige como una de las mayores fuentes de estas partículas. A través del lavado de tejidos sintéticos, contaminan océanos y suelos y afectan a sus organismos. Además, se meten en la cadena alimentaria y pueden ingerirse a través del pescado y el marisco.
Desde que fueron identificados por primera vez en el intestino y las heces, los científicos han hallado microplásticos en cada rincón de nuestro cuerpo. El último ha sido el cerebro. Sin embargo, todavía no están claras las consecuencias de esta acumulación para nuestra salud.
Un nuevo estudio explora la relación entre diferentes exposiciones ambientales y el síndrome de long covid en una cohorte de población catalana. Las mujeres, las personas con niveles educativos más bajos, aquellas con condiciones crónicas previas y quienes tuvieron la patología grave presentaron mayor riesgo.