Estos objetos tienen masas similares a las de los cuerpos celestes, pero no están ligados a la gravedad de ninguna estrella. Los hallazgos proceden del sondeo más profundo realizado por Webb de la joven nebulosa NGC1333, publicados por la Agencia Espacial Europea.
Los océanos de magma fundido de los exoplanetas pueden disolver el H2O que, atrapado en gotitas de hierro, desciende hasta el núcleo. Este hallazgo redefine las estimaciones sobre la cantidad de este líquido vital y reajusta las predicciones de habitabilidad de varios cuerpos celestes.
Cuando una estrella como nuestro Sol llega al final de su vida, puede engullir los planetas y asteroides que nacieron con ella. Ahora, por primera vez, se ha encontrado una firma única de ese proceso: una concentración de metales guiada magnéticamente hacia la superficie de la enana blanca WD 0816-310.
Al igual que Júpiter y Saturno perturban objetos del cinturón de asteroides, y Mercurio y Venus lo hacen sobre otros más cercanos al Sol, uno o dos planetas nunca observados podrían estar influyendo en los cuerpos helados del cinturón de Kuiper. Así lo sugieren los cálculos estadísticos de dos astrónomos españoles. Su estudio se suma a otros recientes en busca de estos mundos cercanos.
Analizar las precipitaciones en otros planetas ayuda a los científicos a comprender la atmósfera de mundos similares a la Tierra. Las lluvias no solo permiten evaluar su posible habitabilidad, también nos explican sus orígenes.
La Unión Astronómica Internacional ha designado dos estrellas y sus respectivos planetas con denominaciones de las culturas vasca (Gar y Su) y balear (Filetdor y Catalineta). Junto con los astros Cervantes y Rosialiadecastro, las cuatro lenguas oficiales en España ya tienen presencia en el firmamento.
Las señales generadas por un terremoto marciano y el impacto de un meteorito han permitido al ‘aterrizador’ InSight de la NASA sondear el núcleo líquido del planeta rojo. Los resultados revelan que está compuesto por hierro con abundante azufre y elementos ligeros como el oxígeno y el hidrógeno, además de ofrecer nuevas pistas sobre la evolución del vecino de la Tierra.
Ilustración Nicolás Copérnico. / Curro Oñate
El módulo InSight de la NASA ha registrado las ondas sísmicas y acústicas que han producido cuatro rocas espaciales cuando se estrellaron contra la superficie del planeta rojo en los últimos años. Por su parte, la nave Mars Reconnaissance Orbiter localizó desde el espacio los cráteres de impacto recién formados. Es la primera vez que se consigue vincular estos dos eventos en otro planeta.