Por primera vez se ha evaluado el papel que juegan la investigación y el desarrollo en la probabilidad de que las empresas patenten innovaciones. Un equipo de investigación de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) ha determinado que los efectos de la I+D son no lineales, dinámicos, dependen de la calidad de la patente y poseen una fuerte inercia sobre la actividad innovadora de otras compañías.
Desde hace tiempo existe cierta polémica sobre el efecto que las patentes tienen en la competitividad de una economía. Unos piensan que reducen la innovación al dar derechos de monopolio durante un periodo a los titulares, mientras que otros opinan que es la compensación necesaria para que las empresas inviertan en I+D sin que haya otras que se apropien de las innovaciones sin esfuerzo.
El objetivo del trabajo de estos investigadores es estudiar la relación entre la I+D y las patentes en un contexto general para poder determinar qué efecto tiene la innovación y el desarrollo sobre la probabilidad de que las empresas obtengan una patente.
"En concreto, analizamos los efectos no lineales y dinámicos del la I+D por los importantes efectos colaterales de las innovaciones en otras empresas, por el tamaño de la empresa y por las innovaciones que se mantienen en secreto", explica uno de los autores, Álvaro Escribano, Catedrático del Departamento de Economía de la UC3M, que ha publicado el estudio junto a Szabolcs Blazsek (ahora en la Universidad de Navarra) en el Journal of Econometrics, una de las revistas más importantes del mundo en el ámbito de la economía.
Para realizar el estudio estos investigadores han desarrollado sofisticados modelos econométricos y probabilísticos con observaciones de 22 años (desde enero de 1979 hasta junio del 2000) de la oficina de patentes más importante del mundo (USPTO), con información de 560.000 patentes y 4.500 empresas de Estados Unidos. Los factores latentes en este contexto son aquellas innovaciones no observables que las empresas mantienen en secreto.
"Hemos podido estimar por primera vez los efectos que tienen los componentes no observables y son importantes. Ello nos ha permitido estimar consistentemente la relación estable y no lineal que hay entre la I+D y la probabilidad de obtener una patente, evitando los usuales problemas de causalidad inversa", indica Escribano.
Patentes con calidad
Entre sus principales conclusiones, han observado que los efectos de la I+D sobre las patentes no son constantes, sino que dependen de la calidad de la patente. Es decir, cuanto mayor sea el número de citas que tengan las patentes, mayor será el efecto de la I+D sobre las innovaciones futuras.
"Hemos visto que el número de patentes que solicitan las empresas depende de la I+D, pero también de la cantidad de patentes que han realizado en el pasado", apunta Escribano. "Por tanto, cuanto antes inicien las empresas el proceso innovador, más patentes obtendrán al aumentar su capacidad de absorción de nuevas ideas", añade.
Además, señalan los investigadores, convendría reducir las innovaciones que las empresas mantienen en secreto, porque eso limita los efectos colaterales positivos que la innovación de una empresa tiene sobre las demás.
España y las universidades de nuestro país están a la cola de los países de la Unión Europea en cuando al número de patentes. "La innovación es la principal fuente de crecimiento y el número de patentes esta muy relacionado con la capacidad innovadora y productiva de un país", señala Escribano.
En el artículo precisamente aparecen algunas de las principales ventajas de las patentes, como que fomentan la actividad inventiva, que se trata de documentos estándar que apenas cambian a lo largo del tiempo o que están disponibles en muchos países durante largos periodos de tiempo.
"Su principal ventaja es la difusión generalizada que se hace de la innovación en la descripción de la patente, lo que ayuda a saber a qué empresas se puede beneficiar de la innovación y con ello aumentar los efectos colaterales positivos sobre la productividad de otras empresas y sobre la economía en general", concluyen.
Más información:
Oficina de Información Científica de la Universidad Carlos III de Madrid