Actualmente, existe una importante “carrera” a nivel mundial para lograr reapovechar en sucesivas ocasiones el combustible nuclear irradiado, lo que contribuiría además a disminuir la peligrosidad de los residuos. Por su contribución a esta línea de investigación, una alumna del master de la Universidad de Valladolid en Técnicas Avanzadas en Química ha obtenido un importante premio a nivel nacional, el que otorga la Sociedad Nuclear Española (SNE) al mejor trabajo o tesina fin de carrera.
La tesina , denominada Estudio electroquímico de disoluciones de Tm (III) sobre W y reacciones de oxoacidez en el eutéctico LiCI-KCl, fue realizada bajo la dirección de la profesora María Yolanda Castrillejo y tiene relación con un proyecto en el que participa el Laboratorio de Sales Fundidas del Grupo de Investigación en Química Analítica y Electroquímica de Materiales (Quiane), cuya objetivo es conocer si pueden separarse las sustancias (lantánidos y actínidos) presentes en el combustible nuclear irradiado con el fin de reaprovechar dicho combustible y, simultáneamente, disminuir la peligrosidad de los residuos.
Como explica a DiCYT María Yolanda Castrillejo, sólo se utiliza un 20 por cieno del combustible nuclear, lo que genera un residuo que puede tener un importante valor añadido. En estos momentos este potencial no se está aprovechando y diversos equipos científicos a nivel mundial, como los presentes en Japón, Reino Unido o Francia, están realizando un gran esfuerzo para dar con la “clave”. “La idea del reproceso es utilizar un nuevo tipo de reactores de cuarta generación, en los que se está investigando mucho, para intentar recuperar el valor que siguen teniendo esos residuos”, subraya.
Para llevar a cabo este proceso, lo primero es realizar una separación de los actínidos del resto de los productos de fisión, un apartado en el que entra a formar parte el trabajo de los investigadores. “Los elementos más difíciles de separar son los lantánidos porque tienen un comportamiento muy semejante al de los actínidos. Los lantánidos sirven como “venenos neutrónicos” y por ello no pueden estar presentes en los reactores”, precisa.
La forma de separar estos elementos es mediante sales fundidas. Los investigadores trabajan experimentalmente con ambos compuestos, actínidos y lantánidos, para obtener nueva información. En concreto el trabajo de Patricia Fernández versa sobre el tulio, un lantánido. “Realmente la proporción del tulio en los combustibles irradiados es muy pequeña pero tiene la ventaja de que su comportamiento es muy parecido al del americio, por lo que podemos estudiar el comportamiento del tulio y extrapolarlo al americio”, apunta la directora de la tesina.
Por otro lado, como añade, cuando se llevan a cabo muchos reprocesos en el mismo medio, el medio se va enriqueciendo cada vez más en lantánidos y es necesario eliminarles. Los investigadores también trabajan en esta parte del proceso, estudiando de qué forma se pueden separar los lantánidos que se han ido acumulando y que serían “los residuos finales a entregar”.
Importante reconocimiento
La Sociedad Nuclear convoca todos los años este premio al mejor trabajo fin de carrera. De los trabajos presentados seleccionan tres, cuyos autores participan en la reunión anual de la Sociedad. Allí realizan una presentación oral de sus trabajos y el jurado, nuevamente, elige al mejor de los tres. En esta edición, el trabajo de Patricia Fernández Requejo ha sido el ganador.
El acto de entrega se celebró en la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid el pasado jueves y la premiada recibió un diploma acreditativo, así como una placa de plata y un cheque de 1500 euros. El jurado estuvo compuesto por el catedrático de Ingeniería Nuclear de la Universitat Politècnica de Catalunya Javier Dies; el catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Universidad de Santiago de Compostela Máximo Plo y, senior Consultant de la empresa Westinghouse, Ramón Sabaté, quien hizo hincapié en la dificultad de selección entre los aspirantes debido al excelente nivel de los trabajos presentados.