‘La ciencia de la salud’, nunca es tarde para empezar a cuidarse

La ciencia de la salud es un libro positivo, un manual para decirle a la sociedad que cuidarse es posible y, además, no demasiado complicado. Por esta razón, creo que el verano puede ser un buen momento para comenzar a llevar una vida sana.

Esto se explica en el primer capítulo del libro, casi una declaración de intenciones: nunca es demasiado tarde para empezar a cuidarse. Por muchos años que se lleve fumando, por muchas veces que se haya tratado de adelgazar y las innumerables ocasiones en que uno se haya intentado apuntar a un gimnasio para ir solo una vez y dejarlo ¡el cambio es posible!

Al escribir este libro, para lo que conté con la ayuda del periodista de La Vanguardia Josep Corbella, quise aportar mi experiencia en la clínica y mi conocimiento científico para hacer llegar a todos lo que los médicos ya sabemos pero, vistas las crecientes cifras de enfermedad cardiovascular, no logramos transmitir adecuadamente.

Es cierto que el mejor momento para educar en prevención es la infancia y es algo en lo que hago hincapié en La ciencia de la salud porque, si bien se trata de un libro para adultos, creo que el mejor regalo que podemos hacer a nuestros hijos es aprovechar esa etapa para enseñarles a vivir sano. Así, los consejos para adultos que explico en este libro probablemente no les hagan falta cuando sean mayores, ya que los hábitos saludables serán parte de su vida como lo son de la nuestra acciones tan comunes como lavarnos los dientes o ducharnos.

Para ayudar a que esto sea así, el año pasado decidí adaptar el libro a los más pequeños y publicamos La pequeña ciencia de la salud (Planeta, 2011), en el que con la ayuda de un personaje animado, Lisa, doy a los niños las pautas para que lleguen a ser adultos sanos.

Desmontando mitos

Volviendo a La ciencia de la salud, con el libro quise, además, desmontar algunos mitos. Aparte del ya mencionado de que cuando se llevan años con malos hábitos no se pueden cambiar, también explico que las cifras de peso no nos deben preocupar por sí solas, sino solo si, al aplicar una fórmula, dan como resultado un índice de masa corporal que indique obesidad.

Tampoco hay que obsesionarse con los chequeos ni con la alimentación exacta que se ha de seguir. Basta con seguir los consejos genéricos que explico en el libro y todo irá mucho mejor ¡Si hasta yo como un cruasán de vez en cuando!

En definitiva, y como no podría ser de otra manera, os recomiendo la lectura de La ciencia de la salud. Veréis que cuidarse no es tan difícil como puede parecer y que, además, se explica en pocas páginas –también está en versión electrónica. Si queréis aprovechar para practicar el inglés, podéis leer la adaptación que publicó en 2010 la editorial americana Harper Collins. Lo adaptamos un poco porque, aún hoy, los estadounidenses van peor que nosotros en hábitos sanos. Eso sí, si no tomamos cartas en el asunto, pronto podremos alcanzarles.

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