Hasta ahora los científicos del CERN se referían al bosón que descubrieron el pasado 4 de julio como Higgs-like particle, una partícula parecida al bosón de Higgs, pero “pronto” se podría confirmar que es un auténtico bosón de Higgs. Así lo ha señalado a SINC el director del CERN, Rolf-Dieter Heuer, durante su visita esta semana a la Universidad de Oviedo. Los últimos datos se facilitarán este mes en la conferencia anual de Moriond (Italia).
“Las últimas novedades saldrán en unas semanas durante la conferencia que se celebra en marzo –encuentro de Moriond–, pero parece que cada vez más podemos hablar, no tanto de que es una partícula parecida al bosón de Higgs –Higgs-like boson–, sino que es un bosón de Higgs", ha indicado a SINC el director general del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), Rolf-Dieter Heuer.
El profesor Heuer, que este miércoles ha impartido una conferencia en la Universidad de Oviedo, ha subrayado: “Personalmente estoy bastante seguro de que pronto podremos decir que es un bosón de Higgs, y por lo tanto habremos dado un fantástico paso hacia delante”.
Uno de los datos cruciales para confirmar que la partícula es un bosón de Higgs es que su espín o momento intrínseco de rotación sea 0, “y pienso que irá en esa dirección pronto”, adelanta el director del CERN. El resto de las partículas elementales tienen un espín de ½ o 1.
Otro tema diferente es si este bosón de Higgs es o no el del modelo estándar, la teoría de referencia con la que los físicos describen las partículas elementales y sus interacciones. “De momento parece que tiene un aspecto muy prometedor parecido al del modelo estándar, pero confirmar esto puede llevar años”.
Heuer lo explica: “Tenemos que medir con mucha precisión sus propiedades de desintegración, ya que el modelo estándar nos dice exactamente como deben ser. Si tenemos una gran barra de error, hay incertidumbre. Entonces tenemos que recopilar más y más estadísticas, más y más información, hasta reducir esa barra de error. Después hay que ver si el valor es el del modelo estándar o si se desvía. Y todo esto puede llevar mucho tiempo, dependiendo de la desviación que nos describa la física”.
Según el profesor, es “realmente maravilloso que descubramos este bosón, ya que por primera vez tenemos una comprensión de por qué existimos: Sin él las partículas volarían alrededor a la velocidad de la luz y tenemos, por tanto, el mecanismo que da masa a las partículas fundamentales”.
“Pero si una o dos propiedades de este bosón se desviaran del modelo estándar, sería incluso mejor, porque daría una nueva pista hacia una nueva física”, añade. “Sabemos que el modelo estándar solo describe el universo visible –un 5%– y deja muchas preguntas sin responder”.
El LHC, el gran colisionador donde se descubrió la partícula y que hace unos días detuvo su actividad, volverá a operar a su máxima potencia en 2015. “Entonces podremos arrojar un poco de luz sobre aspectos tan desconocidos ahora como la energía y materia oscuras”, apunta Heuer.
Reflexiones y consejos
Durante su visita este miércoles a Asturias, el profesor ha destacado en sus dos conferencias, tanto en la que impartió por la mañana en la Universidad de Oviedo como en la de la tarde en el Centro Niemeyer de Avilés, la importancia de los descubrimientos del LHC, ya que hacen reflexionar sobre la existencia humana: “¿Cómo comenzó el universo? ¿Por qué estamos nosotros aquí?”.
Respecto al centro que dirige, Heuer ha subrayado los cuatro pilares que guían su misión: la investigación para ampliar las fronteras del conocimiento, la innovación en nuevas tecnologías para llevarla a cabo, la formación de los científicos e ingenieros, y la unión de ‘gente’ de varios países.
En este sentido, el investigador Javier Cuevas de la Universidad de Oviedo, ha recordado al presentar la conferencia matinal que la participación española en el CERN comenzó en el año 61 y que actualmente contribuye con un poco más del 8% al presupuesto de esta institución.
Heuer ha aprovechado para comentar que no conviene hacer recortes en investigación, ya que supone "recortar en nuestro futuro", y también ha ofrecido un consejo a las próximas generaciones de científicos: "No planeen sus carreras con mucha antelación ni muy en detalle, sean flexibles. No sigan solo lo que les dicta su cerebro, sigan también a su estómago; a sus motivaciones y sentimientos".