Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) recomiendan la terapia cognitivo-conductual en personas mayores ante la necesidad de dar repuestas a las razones que dificultan la falta de reconocimiento, atención y acceso al tratamiento de los problemas psicológicos en personas mayores. Además, describen los obstáculos que existen para materializar este objetivo, enfatizando en ·escasa y limitada· presencia de psicólogos en la sanidad pública.
Investigadores del equipo Cuid-Emos, del Departamento de Psicología de la URJC, liderados por Andrés Losada, han comprobado que existen evidencias empíricas que respaldan la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) en personas mayores por encima de otras utilizadas en problemas como ansiedad y depresión. Así, según los investigadores, la TCC es más eficaz que otras terapias como la psicodinámica, el ejercicio físico o las intervenciones de apoyo, e incluso que la farmacoterapia, en casos de insomnio o deterioro cognitivo.
La TCC es una técnica muy extendida que considera importante las cogniciones de las personas acerca de cuál es el significado de sus problemas o los desafíos vitales a los que se enfrentan. A pesar de que se realiza con personas de diferentes grupos de edad y, sin perder la vista la enorme heterogeneidad de las personas mayores, los investigadores apuntan que se deberían requerir adaptaciones en la intervención dirigida a cambios asociados al envejecimiento. Y que es necesario dar repuestas a las razones que dificultan la falta de reconocimiento, atención y acceso al tratamiento de los problemas psicológicos en personas mayores. En ese sentido, Virginia Fernández Fernández apunta que, “en concreto sería recomendable intensificar las nuevas terapias de aceptación y compromiso, porque presentan un enorme potencial para el tratamiento de problemas psicológicos en personas mayores , aunque necesitan mayor respaldo en forma de estudios que otorguen a estas terapias la consideración de empíricamente validadas”, afirma la investigadora.
Los estereotipos dificultan la detección
No obstante, otro de los obstáculos que existen ante la implantación de esta terapia es el acceso a la misma. La primera dificultad que encuentran los afectados es que muchas veces son incapaces de detectar sus problemas, ya que existen ciertos “estereoptipos” que a las personas las llevan a pensar que ciertas manifestaciones de patologías son “normales” en esa edad. Esto es así hasta tal punto que, por ejemplo, en el caso de la depresión, las personas que padecen este problema no son detectadas en atención primaria, y por tanto, no reciben tratamiento. Además, los investigadores aseguran que, en caso de detectarse los problemas, la derivación a psicoterapia es rara y poco habitual sobre todo en nuestro país, donde la presencia de psicólogos en la sanidad pública, según el estudio, es extremadamente escasa y limitada, por ejemplo, en número de especialistas formados en atención gerontológica.
El equipo de investigación que lleva a cabo este tipo de estudios en la URJC es Cuid-Emos y actualmente realiza dos estudios de investigación a través de los cuáles ofrece ayuda psicológica gratuita a personas mayores que han sufrido una pérdida importante (por ejemplo, de un familiar querido) y a cuidadores familiares de personas mayores con demencia. Este último proyecto está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Referencia Bibliográfica: A. Losada, C. Nogales-González, V. Fernández-Fernández "Papel de la psicoterapia cognitivo-conductual" "The role of cognitive-behavioural psychotherapy", Psicogeriatria Julio-Septiembre 2011 vol3, nº 3. XVIII Reunión de la Sociedad Española de Psicogeriatía
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