El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha dado a conocer en la Cumbre del clima de Durban (Sudáfrica) un estudio que señala que las mujeres, especialmente las que viven en regiones de montaña en los países en desarrollo, sufren un riesgo desproporcionado sobre su salud y medios de vida debido al cambio climático.
"Las mujeres suelen desempeñar un papel más fuerte que los hombres en la gestión de los servicios de los ecosistemas y la seguridad alimentaria. Por lo tanto, la adaptación sostenible debe centrarse en el género y el papel de la mujer si se quiere tener éxito", asegura Achim Steiner, subsecretario general y director ejecutivo del PNUMA.
El informe, “Las mujeres en la primera línea del cambio climático: riesgos de género y esperanzas”, señala que es necesario invertir en emisiones bajas en carbono, tecnologías verdes o captación de agua, para fortalecer su adaptación al cambio climático.
De 1999 a 2008, las inundaciones afectaron a casi mil millones de personas en Asia, 28 millones en América, 22 millones en África y cuatro millones en Europa. “En algunas partes de Asia y África, donde la mayoría de los trabajadores agrícolas son mujeres, los desastres naturales tienen un gran impacto en su seguridad alimentaria. Ellas son las responsables de alrededor del 6% de la producción doméstica de alimentos en Asia y 75% en África”, explica el trabajo.
El informe también destaca que la trata organizada de personas, especialmente de mujeres, se ha convertido en un riesgo potencialmente grave asociado con desastres naturales tales como inundaciones o deslizamientos de tierra que interrumpen las redes de seguridad social, y que dejan a las mujeres aisladas y vulnerables.
En Nepal, por ejemplo, el tráfico de personas ha aumentado de 3.000-5.000 personas (en su mayoría mujeres, así como los niños y jóvenes de ambos sexos entre las edades de 7 y 21 años) en 1990 a los niveles actuales de 12.000 a 20.000 por año. Aproximadamente el 30 % de estos termina en trabajo forzoso y el 70 % en explotación sexual.
Los datos sugieren que los aumentos de la trata de personas se disparan un 20 o 30% durante los desastres. La Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL) también ha advertido que los desastres climáticos pueden incrementar la exposición de las mujeres a esta práctica delictiva, ya que las familias se rompen y los medios de vida se pierden.
El informe del PNUMA se centra en particular en las mujeres en las regiones montañosas de Asia.