Investigadores de la Universidad de Sevilla confirman que con un modelo de evaluación genética, puesto a punto para la doma clásica de caballos de Pura Raza Española, se puede predecir el comportamiento deportivo con una seguridad superior al 70%. Para llegar a esta conclusión los científicos han recabado datos de participación en competiciones de doma de 8 años diferentes.
A la hora de predecir el potencial genético para la doma clásica de los caballos PRE, los expertos tienen en cuenta la ganadería a la que pertenecen, el tipo de concurso en el que participan, el sexo del animal, el estrés que les produce el viaje hasta centro hípico y el nivel de entrenamiento previo.
Por primera vez, también se ha tenido en cuenta el jinete que lo monta y la interacción de éste con el propio caballo, ya que son factores fundamentales para la expresión del valor genético del animal, como ha revelado este estudio realizado en colaboración con profesores del Grupo de Investigación de Nuevas Tecnologías de Mejora Animal y de Sus Sistemas Productivos (MERAGEM) de la Universidad de Sevilla, liderado por la profesora Mercedes Valera, en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Córdoba.
Según la normativa actual los caballos pueden obtener la categoría genética de Joven Reproductor Recomendado, si poseen un valor genético mayor que la media de la población; de Mejorante, con valor genético por encima de la media poblacional y una fiabilidad de la estima mayor o igual al 60%; y de Élite, que es un caballo Mejorante tanto para la disciplina de doma clásica como para la conformación funcional.
Toda la información de los animales con categoría genética se publica anualmente en los Catálogos de Reproductores, que proporcionan una información fundamental a los ganaderos a la hora de adquirir animales o para diseñar el cuadro de apareamientos de su yeguada.
Estos catálogos están también muy extendidos en otras especies y razas ganaderas, ya que es una fuente de ayuda al ganadero, en el momento de decidir qué ejemplar usar para conseguir mejora en la descendencia de su ganadería, tanto desde el punto de vista productivo, funcional o de conformación (corrección de cuellos, espaldas, grupas, etc.).
“Si una ganadería posee caballos con problemas en el paso, le recomendamos introducir un animal con un alto valor genético en este aire, con objeto de tener descendientes que muestren en los concursos un rendimiento alto para este tipo de movimiento”, explica Valera.
El valor genético del caballo triplica su valor de venta
Por todo ello es fundamental realizar valoraciones genéticas con modelos lo más fiables posibles. “La categoría genética que se le otorga a un animal, en función de su valor genético, puede incluso triplicar su valor de venta, por eso es fundamental diseñar modelos de evaluación fiables”, apunta la Dra. Valera.
Hasta este momento todos los especialistas eran cocientes de la importancia del binomio jinete y caballo, tanto como del propio caballo, de forma que un buen jinete puede mejorar el rendimiento de un caballo mediocre, y a la inversa un buen caballo puede no obtener los resultados deseados si el jinete no es experimentado o si su relación con el jinete no es buena.
En este estudio se han recabado los datos de participación en competiciones de doma de 8 años (2004 a 2011) de caballos de Pura Raza Español, y se han puesto a punto modelos que incluyen la influencia en el comportamiento del caballo del jinete y de la interacción jinete-caballo, consiguiendo un nivel predictivo muy elevado (hasta del 70%).
La información facilitada por el grupo de investigación se recoge en una serie de catálogos que se publican en más de 60 países de todo el mundo. También llevan a cabo evaluaciones genéticas con Caballos de Deporte Español, reproductores de la raza Anglo-árabe, caballos de Pura Raza Árabe, de Pura Raza Menorquina y Trotador español.
Referencia bibliográfica:
Sánchez Guerrero, M.J., Cervantes, I., Valera, M., Gutiérrez, J.P. Modelling genetic evaluation for dressage in Pura Raza Español horses with focus on the rider effect. Journal of Animal Breeding and Genetics 131 (5): 395–402.