En Brasil, Nicaragua, Egipto, Kenia, India y Tailandia sería mucho más costoso desarrollar fuentes fotovoltaicas que eólicas, según los cálculos de un equipo suizo de investigación. En 2010, la inversión en la tecnología solar hubiese costado entre 2,2 y 4,5 veces más que la del viento.
Una de las muchas discusiones en materia de cambio climático siempre ha sido la manera en que los países en vías de desarrollo deben adaptar su tecnología a la producción de energías renovables.
El debate no tenía en cuenta las diferencias económicas y tecnológicas de cada país pero, esta semana, un equipo de científicos suizos ha publicado en Nature Climate Change una estimación del gasto económico que supondría para seis de ellos (Brasil, Nicaragua, Egipto, Kenia, India y Tailandia) implantar las energías solar fotovoltaica y eólica, en comparación con las fuentes de electricidad convencionales.
Según la síntesis de los expertos, la implantación de la energía solar es mucho más cara que la eólica en todos los países estudiados. Los cálculos relativos al año 2010 establecen que la fotovoltaica supone entre 2,2 y 4,5 veces más inversión. Además, la tendencia se mantiene, ya que su previsión en 2020 mantiene su coste entre 1,7 y 3,4 veces por encima de la eólica.
Sin embargo, el incremento del coste de la energía eólica varía mucho entre los diferentes países. En concreto, el gasto es muy elevado en Brasil, India y Tailandia, mucho más bajo en Egipto, y negativo en Kenia y Nicaragua.
Finalmente, los autores de la investigación alertan de la necesidad de una metodología fiable para calcular el incremento de estos gastos. Por eso, proponen una estrategia que valore en qué medida las subvenciones a la producción de los combustibles fósiles puede afectar negativamente a la competitividad de las tecnologías de energía renovable.
Compromiso internacional
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático del año 2010, la comunidad internacional firmó los acuerdos de Cancún para ayudar a los países en vía de desarrollo a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para gestionar los recursos financieros destinados a conseguir este objetivo, se creó el órgano del Fondo Verde para el Clima. Aunque no hay acuerdo en la estimación de los costes para implantar energías renovables en esta zona, el organismo establece para el 2020 la recaudación de 100.000 millones de dólares anuales.
Referencia bibliográfica:
Schmidt, T.S.; Born, R.; Schneider, M. “Assessing the costs of photovoltaic and wind power in six developing countries”. Nature Climate Change 1-6, 15 de abril de 2012DOI: 10.1038/nclimate1490
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