Un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales ha descubierto nueve especies de crustáceos del superorden Anostraca en charcas estacionales de los campos del interior peninsular. Estos crustáceos llevan en la Tierra desde el Jurásico, por lo que se los considera fósiles vivientes. Los anostráceos son bioindicadores y su presencia supone una referencia importante a la hora de evaluar la calidad del las aguas.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) han localizado 9 especies de anostráceos en pequeños medios acuáticos a lo largo de Castilla y León, Castilla y la Mancha y Madrid. Este hallazgo completa los registros sobre Anostraca en el interior peninsular, amplía sus áreas de distribución a zonas que hasta ahora no se habían estudiado e indica que las densidades de anostráceos son mayores en charcas de menor entidad que en grandes lagunas y humedales.
Anostraca es un superorden de crustáceos branquiópodos que vive en medios acuáticos tanto salinos como de agua dulce. Son especies consideradas como fósiles vivientes porque han logrado sobrevivir desde el Jurásico (200 a 150 millones de años) sin cambiar su morfología. En las salinas se crían como alimento para las mascotas de los acuarios y los cultivos de las piscifactorías.
“La supervivencia de los anostráceos a lo largo del tiempo es paradójica. Su vida es muy corta, porque está ligada al carácter efímero de las charcas estacionales, pero han conseguido perpetuar su existencia y forma desde el Jurásico”, según la investigadora del MNCN Paula Rodríguez-Flores, coautora del estudio que publica la revista Heteropterus Revista de Entomología. “Tienen un ciclo vital de apenas 15 días y ponen huevos que se llaman de resistencia. Se quedan enterrados en el barro y pueden soportar, e incluso necesitar, condiciones hostiles para eclosionar cuando vuelven a entrar en contacto con un medio húmedo, lo que puede tardar decenios”, continúa.
El muestreo de anostráceos tradicionalmente se ha realizado en lagunas y medios acuáticos de gran tamaño, sin embargo Rodríguez-Flores señala que han abordado el estudio en más de 200 charcones desde un punto de vista taxonómico, porque las charcas de menor entidad presentan unas características ideales para encontrar grandes densidades de Anostraca al no estar expuestos a la amenaza de los depredadores, en comparación con las grandes masas de agua mediterráneas.
Los investigadores han localizado en estas charcas y humedales de dimensiones reducidas, el hábitat de Artemia, Branchinecta ferox, B. orientalis, Branchinectella media, Branchipes schaefferi, Chirocephalus diaphanus, Phallocryptus spinosus, Tanymastix stagnalis y Streptocephalus torvicornis.
“La continuidad de estas especies en charcas naturales se ve amenazada por la falta de protección de estos lugares. A la temporalidad y su pequeño tamaño, hay que sumarle los problemas causados por los herbicidas y productos fitosanitarios”, aclara Paula Rodríguez-Flores.
Referencia bibliográfica:
P.C. Rodríguez Flores, A. Sánchez-Vialas y M. García-París (2016) Muestreos taxonómicos en charcos estacionales: una herramienta imprescindible para el conocimiento de la distribución geográfica de la Anostraca (Crustracea: Branchiopoda) en el centro de la Península Ibérica. Heteropterus Rev. Entomol, 16(1): 29-52