Los ratopines, unos roedores subterráneos del África subsahariana, acogen a dos nuevos miembros en su familia. Un equipo internacional de científicos ha descubierto dos nuevas especies en Tanzania. Fukomys hanangensis y Fukomys livingstoni, protagonistas de #Cienciaalobestia, son una muestra de la gran biodiversidad que existe en este grupo tan carismático de mamíferos.
El ratopín africano es un roedor subterráneo que se encuentra en la zona del África subsahariana. Se trata de una familia de mamíferos muy estudiada dado que presentan unos comportamientos sociales y reproductivos muy variados entre sus especies.
Una de ellas, el ratopín rasurado (Heterocephalus glaber), se usa además como modelo de estudio en distintos trabajos sobre longevidad, envejecimiento saludable, resistencia al cáncer y destaca por su gran capacidad para vivir sin oxígeno durante varios minutos.
Ahora, se pueden añadir dos nuevos miembros a esta familia de roedores. Un equipo formado por investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres (QMUL, por sus siglas en inglés), la Universidad de Pretoria (Sudáfrica) y la Universidad de Agricultura Sokoine (Tanzania) ha descubierto y nombrado a dos nuevas especies de ratopín africano. El resultado de este estudio aparece publicado esta semana en la revista PeerJ.
“Fukomys livingstoni, supongo”
Nombradas como Fukomys hanangensis y Fukomys livingstoni, estas dos nuevas especies se han encontrado en Tanzania, en la zona cercana al Monte Hanang y en Ujiji, a orillas del lago Tanganica. El Fukomys livingstoni se llama así en honor al explorador británico del siglo XIX David Livingstone. Este ratopín se halló en Ujiji, lugar del famoso encuentro entre Henry Morton Stanley y el explorador, y en el que se acuñó la frase: “¿Doctor Livingstone, supongo?”.
“Queremos saber más acerca del comportamiento social de estas especies. Los primeros estudios apuntan a que son criadores cooperativos como otros de su género”, explica Chris Faulkes, de la QMUL y autor principal del estudio.
Ilustración del Fukomys livingstoni / Rebecca Gelertner
“La importancia de entender la biodiversidad y las relaciones evolutivas de los ratopines africanos ha crecido, no solo porque hay muchas especies en esta familia, sino porque hay un número de poblaciones genéticamente únicas que están limitadas por su distribución, dos de las cuales son las que hemos nombrado y descrito en el estudio”, añade Faulkes.
Dos especies aisladas
La gran mayoría de este grupo de ratopines, los Fukomys, se encuentra al oeste del Gran Valle del Rift (África), pero estas nuevas especies se han hallado en Tanzania, al este del valle. Es por ello que, los investigadores no solo han identificado estas nuevas poblaciones, sino que también trabajan para entender cómo y cuándo llegaron allí, tan lejos de la zona donde se encuentran habitualmente.
Los análisis genéticos revelaron que ambas especies constituyen dos linajes evolutivos distintos. Los científicos sugieren que la actividad geológica y volcánica de la zona aisló a estas poblaciones tras extenderse por esta parte del África oriental.
“La investigación apunta a que la alta biodiversidad que existe en esa zona de África se puede explicar, en términos de evolución del paisaje, por la actividad tectónica que formó el Gran Valle, las fluctuaciones climáticas y la posterior expansión y contracción de los hábitats en bosques y sabanas”, concluye Faulkes.
Referencia bibliográfica:
Chris G. Faulkes, Georgies F. Mgode, Elizabeth K. Archer, Nigel C. Bennett. “Relic populations of Fukomys mole-rats in Tanzania: description of two new species F. livingstoni sp. nov. and F. hanangensis sp. nov”. PeerJ, 2017 https://doi.org/10.7717/peerj.3214