Detectan compuestos que alteran el sistema endocrino en muestras de placenta

Un equipo de científicos granadinos está centrado en la determinación de compuestos químicos, contaminantes medioambientales que interaccionan con el sistema endocrino, en muestras procedentes de mujeres y de niños. Hasta la fecha, los autores han podido comprobar la presencia de estas sustancias en las muestras analizadas de placenta humana, tejido adiposo, suero y orina en concentraciones de microgramos por litro.

Laboratorio de preparativo
Laboratorio de preparativo del equipo del doctor Navalón. / Fundación Descubre

Un grupo de científicos dirigido por Alberto Navalón Montón, catedrático de la Universidad de Granada, está elaborando metodologías analíticas que permitan la identificación y cuantificación de diferentes familias de disruptores endocrinos químicos en muestras de tejidos y fluidos biológicos humanos, para conocer su presencia y concentración en el organismo.

Los disruptores endocrinos químicos (EDC) son un conjunto heterogéneo de compuestos químicos, contaminantes medioambientales, que interaccionan con el sistema endocrino y pueden alterarlo.

“Estas sustancias se incorporan a nuestro organismo a través de diferentes fuentes de exposición, como los productos de higiene personal, cremas solares, e incluso a través de la alimentación”, señala el responsable del estudio.

Los investigadores están centrados de manera especial en el análisis de muestras procedentes de mujeres y de bebés, ya que según indica Navalón, “la exposición a compuestos químicos con actividad hormonal no tiene por qué tener la misma repercusión en todas las personas y existen momentos críticos como las etapas embrionaria, fetal y la primera infancia”.

"La exposición a compuestos químicos con actividad hormonal no tiene por qué tener la misma repercusión en todas las personas"

Las familias de disruptores endocrinos químicos objeto de estudio son: ftalatos, empleados como plastificantes en cosmética, vidrios de seguridad, insecticidas, adhesivos y explosivos; alquifenoles, usados como productos intermedios en la fabricación de barnices y lacas, jabones, oxidantes y aditivos de aceites de motores; parabenes, que se encuentran en lacas, cremas cosméticas y desodorantes; benzofenonas, empleadas en cremas solares, cosméticos y plásticos para envases alimentarios por su actividad como filtros químicos a la radiación UV; camfenos y salicilatos, utilizados como filtros solares a la radiación UV y el bisfenol A que se usa en la fabricación de polímeros, resinas, fungicidas, etc. así como sus derivados clorados.

Hasta la fecha, los autores han podido comprobar la presencia de estas sustancias en las muestras analizadas de placenta humana, tejido adiposo, suero y orina en concentraciones de microgramos por litro, lo que ha dado lugar a varias publicaciones en revistas como Reproductive Toxicology, Talanta o Journal Chromatography B. Además, están ensayando nuevos métodos de extracción de estos compuestos en leche materna, tejido placentario, suero y orina.

Las muestras a analizar corresponden a una cohorte perteneciente a la Red Infancia y Medioambiente (INMA): ‘Efectos del medio ambiente en la salud infantil’, del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), que agrupa estudios de cohortes sobre factores ambientales en el embarazo y la influencia sobre el desarrollo y la salud infantil.

Metodología de trabajo

Para el desarrollo de este proyecto, financiado por la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, los científicos han seguido una metodología de trabajo en cuatro etapas: tratamiento y acondicionamiento de las muestras; extracción de los compuestos a analizar de las muestras; desarrollo de un método cromatográfico que permite separar los compuestos de interés; e identificación y cuantificación de los compuestos mediante espectrometría de masas.

“Hemos puesto a punto métodos analíticos para la identificación y cuantificación de residuos de los disruptores endocrinos ‘libres’ (que aparecen en las muestras en su forma original, tal y como se comercializan), así como de sus metabolitos glucoronizados y sulfatados”, indica Navalón. “Cuando hablamos de metabolitos, queremos poner de manifiesto que el compuesto se ha ‘metabolizado’ y ya no está en la forma original, se ha transformado en otros compuestos”, aclara.

La determinación de los metabolitos es importante, ya que puede ocurrir que no se detecte el compuesto libre pero sí aparezcan los metabolitos, lo que indicaría que el paciente ha estado expuesto al compuesto original, pero este ha sido totalmente metabolizado. “La relación entre el contenido del compuesto ‘libre’ y el contenido de sus metabolitos puede darnos una idea de la capacidad de metabolización que tiene el paciente, así como del grado de exposición que ha sufrido éste al compuesto original”, aclara el científico granadino.

Para los químicos analíticos, entre los que se encuentra el profesor Navalón, las muestras son ‘ciegas’, es decir, desconocen la identidad de los pacientes a las que pertenecen, por motivos de protección de datos. “Con los resultados que obtenemos, el equipo médico realiza los correspondientes estudios estadísticos y establece las posibles correlaciones con la edad, sexo, hábitos alimenticios, procedencia, etc., de las personas a las que corresponden las muestras”, aclara.

Con este proyecto, los científicos también contribuyen a ampliar el muestreo en tejido placentario en las cinco comunidades autónomas españolas no cubiertas por la red INMA (Galicia, Castilla-León, Castilla-La Mancha, Aragón y Extremadura), en las que, hasta la fecha, no hay datos sobre disruptores endocrinos. Además, “se cruzarán los resultados obtenidos con la información sobre morbilidad y mortalidad de cada región, para poder proveer a los responsables sanitarios con indicadores para la vigilancia de la salud”, concluye Navalón.

Fuente: Fundación Descubre
Derechos: Creative Commons
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