Una joven con el 70 % de su cuerpo quemado recibió con éxito en España el primer trasplante en el mundo de piel humana autóloga, es decir, fabricada con sus propias células. Se trata de una intervención pionera que combina ingeniería tisular y nanoestructuras para dar más elasticidad a la piel.
Este innovador trasplante evita rechazos, reduce las posibilidades de infecciones y aumenta la recuperación del paciente.
En concreto, esta piel se produce a partir de las células del paciente y agarosa, una sustancia química obtenida de un alga marina que mejora su elasticidad y aumenta el grosor para poder manipularla de manera más cómoda.
En el trasplante, el equipo utilizó dos láminas de piel de la joven de cuatro centímetros cuadrados cada una para fabricar 5.900 centímetros que, en dos intervenciones, implantaron en su cuerpo.
Hasta el momento, los grandes quemados recibían injertos de piel de donaciones de fallecidos. Unos trasplantes con mayores riesgos de rechazo y de infecciones.