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No hay otro como él. Ricardo Pérez de la Fuente es la única persona en toda la Universidad de Harvard especializada en conservar insectos antiguos. Su trabajo le apasiona: debe digitalizar para la posteridad los más de 60.000 especímenes fósiles de una colección fascinante que ha pasado años en la sombra. Con extrema delicadeza, insecto a insecto, él y su equipo están creando un gran banco del pasado.
En 2011, un ingeniero industrial de San Sebastián llegó al Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Boston, con un problema en la cabeza: cada vez vivimos en pisos más pequeños e incómodos. Dispuesto a encontrar soluciones, Hasier Larrea explora nuevas estrategias robóticas para cambiar la manera en que los urbanitas se relacionan con el espacio. Sus diseños son "muebles con superpoderes", como él los llama, que cambian de configuración con un solo gesto.
Una nueva herramienta permite a los científicos modificar el material genético como editores que reescriben el libro de la vida. Esta comparación es solo una de las figuras literarias en torno a los avances de la genética. Desde el comienzo del Proyecto del Genoma Humano en 1990, las metáforas han seguido su ciclo vital: nacen, se instalan, mueren y son reemplazadas por otras. Mientras que en los 2000 el ADN era un mapa a descifrar, con CRISPR ahora es un libro. Estudiosos del lenguaje aseguran que estas imágenes no son inocuas, sino que marcan la evolución de la ciencia.
Al norte de la Patagonia argentina, un equipo de paleontólogos ha descubierto los restos de un dinosaurio carnívoro hasta ahora desconocido. Tras una larga campaña accidentada, que ha incluido vuelcos de vehículos, prohibiciones y hurto científico, la nueva especie ha sido identificada como Gualicho shinyae. Deunos seis metros de largo y 1,70 metros de altura, vivió hace 95 millones de años y fue contemporáneo a los colosales titanosaurios.
En el subsuelo del edificio principal del MIT, Alberto Rodríguez pone a punto robots capaces de detectar y manipular objetos. A este ingeniero español le obsesiona la mano humana porque busca dotar a estas máquinas de la habilidad de interactuar mejor con el mundo. Su equipo se acaba de clasificar en tercera posición en el Amazon Picking Challenge, un concurso internacional en el que sistemas automáticos deben ordenar libros y paquetes en estanterías por sí solos.