Estos choques son la principal causa de muerte de cetáceos. Un nuevo estudio ha cuantificado, por primera vez, los riesgos que afrontan cuatro especies amenazadas de estos gigantes oceánicos en zonas clave de navegación mundial.
Hace 50 años, las DANA, que entonces se llamaban gotas frías, ocurrían entre tres y cuatro veces al año, esencialmente en noviembre. Hoy ocurren a lo largo de todo el año. ¿Por qué?
Las profundidades oceánicas siguen albergando seres desconocidos para la ciencia. Una exploración debajo del lecho del mar en los respiraderos hidrotermales de la Dorsal del Pacífico Oriental ha revelado los complejos hábitats de las profundidades, donde viven gusanos y bivalvos gigantes.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han participado en un estudio internacional, publicado en Nature, que analiza cómo esta corriente ha influido de manera determinante en el clima europeo durante más de 700 años provocando eventos extremos como incendios, epidemias o inundaciones.
Una nueva investigación, que utiliza un modelo de aprendizaje automático combinado con una red neuronal artificial, asegura que el 12,7 % de los peces teleósteos marinos (los más numerosos) están en riesgo de extinción. Esto supone cinco veces más que la estimación de la IUCN, del 2,5 %, e incluye a cerca de 5.000 especies más en ese estatus.
Un estudio internacional, con participación del CSIC, muestra cómo el aislamiento geológico del mar Mediterráneo durante el Mioceno dio lugar a una acumulación de sal que provocó una crisis ecológica.
Un proyecto liderado por el CSIC analiza el aumento de las temperaturas en el mar. Los hallazgos indican que este fenómeno modifica la composición del fitoplancton e interfiere en la circulación oceánica.
No solo los organismos fotosintéticos, como las plantas y algas, generan oxígeno. En el corazón del Pacífico, a unos 4000 metros de profundidad, se ha descubierto que preciados nódulos polimetálicos lo pueden producir por electrólisis del agua marina. El hallazgo hace replantear la cuestión de dónde comenzó la vida aeróbica.
Un equipo internacional de investigadores, entre los que se encuentran científicos del Barcelona Supercomputing Center (BSC), ha explorado estos ecosistemas vulnerables de las profundidades marinas y observado más de 100 especies nunca antes registradas por los científicos.
Un grupo de investigadores australianos propone utilizar la capacidad de las herramientas de gestión oceánica existentes para trasladarlas a una configuración de pronósticos para los ecosistemas. Aseguran que la anticipación de las condiciones de la naturaleza ante fenómenos climáticos extremos puede ayudar a tomar decisiones proactivas.